lunes, 4 de abril de 2016

El 'despotismo lastrado'

El 'despotismo ilustrado' de antaño, se convirtió en el 'despotismo lastrado' de ahora. Y no sólo hablo de los 'déspotas de boquilla' que se cubren con el manto de la falsa democracia, sino de los de verdad, de los tiranos orgullosos de su mezquindad, hablo de los que no tienen otra concepción del poder que el absoluto, otra concepción de la vida que el capricho constante de su malcriada voluntad, forjada sobre siglos de explotación, esclavitud y constataciones varias de la peor cara del ser humano.

Esta nueva forma de despotismo, aunque merecedora de igual reproche, tiene un agravio mayor pues está oculta y sepultada sobre una falacia tan indignante que puede llegar a resultar cómica, y es que insisten en que están al servicio de su pueblo y de su patria, cuando su objetivo es el lucro personal, en detrimento siempre de los intereses de aquellos a los que según su razón de ser han de servir.

Es una razón puramente sociológica. En su ambiente clasista, con ese tufo aristócrata, grandioso en sus aires de superioridad, le es muy difícil hallarse en alguna tesitura a la que se puedan enfrentar sus conciudadanos, que para colmo de la sinrazón, le deben lealtad (donde algunos valoran que ya no sea pleitesía, los pobres desgraciados).
Por ello no nos puede sorprender y menos escandalizar saber que son parte de cualquier 'chanchullo' que salga en filtraciones o investigaciones pues su naturaleza es esa.

Por eso no veo mejor manera de concluir que citando a Antonio Machado;
"En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; y el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre"